El Instituto Baikal publicó una introducción sobre el Metaverso y quisiera reproducirla aquí para conocer sus opiniones.
Muchas veces los pueblos han descubierto o conquistado otros territorios y expandido así su universo de posibilidades. Pero esta vez no se trata de conquistar sino de crear. Y cuando uno crea mundos nuevos, las posibilidades no tienen límites.
El término Metaverso está de repente en todas partes, desde juegos como Fortnite hasta Mark Zuckerberg cambiando el nombre de la compañía declarando que el objetivo de Facebook es darle vida al Metaverso. Y esto recién empieza.
¿Qué es exactamente el Metaverso? Nadie lo sabe definir con precisión, lo estamos empezando a construir.
Algunos lo plantean como la evolución de Internet. Un mundo virtual en 3D, persistente, inmersivo y multisensorial. Un entorno donde los humanos interactúan social y económicamente como avatares. Un espacio que funciona como metáfora del mundo real, pero sin muchas de sus limitaciones.
Si tomamos esto como visión, hoy estamos recién en el punto de partida. Un punto de partida con diferentes enfoques, iniciativas y tecnologías. Algunas avanzadas, otras recién ideándose.
Haber naturalizado trabajar por Zoom con personas de distintas partes del mundo, sin fronteras, sin movernos físicamente, teniendo una reunión en España y a los 5 minutos otra en Filipinas podría verse como el inicio de esa desmaterialización de nuestro espacio de trabajo. ¿Dónde estoy realmente cuando tengo una reunión por Zoom?
La industria de los video juegos es pionera en aplicar muchos de estos conceptos. No solo desde el punto de vista tecnológico, sino desde el manejo de incentivos, de objetivos, de definir las interacciones sociales que ocurren en sus plataformas. Se trata de economías internas con sus propias monedas, como si fueran nuevas naciones.
Imaginen si pudiéramos aplicar parte de esto al trabajo, a la educación, a la vida. Vamos a tomar prestado y aprender mucho de ellos. Cosas buenas y malas.
Todo esto se potencia con el nuevo mundo Web3/cripto: descentralizado, permissionless, abierto, definiendo la propiedad digital y las nuevas formas de organizaciones.
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